La crisis en el Mar Rojo ha desencadenado una serie de consecuencias que afectan significativamente al comercio internacional, generando un impacto directo en España. Este escenario ha llevado a la reconfiguración de rutas comerciales y ha aumentado los costos operativos, especialmente en el sector de alimentos y bebidas en España.

El secretario general de Transprime – Spanish Shippers’ Council, Jordi Espin Vallbona, destaca la rápida transformación en el panorama del transporte marítimo. En apenas seis semanas, hemos pasado de una sobreoferta de transporte marítimo y precios bajos a una situación crítica. Los fletes, que estaban en alrededor de 1.500 dólares por contenedor Asia-Europa, han experimentado un aumento del 300%, alcanzando ahora los 4.500 dólares. Este incremento impacta directamente en los costos de transporte para las empresas españolas.

Los tiempos de tránsito también se han extendido considerablemente. Un viaje que solía tomar entre 38 y 42 días desde Asia hasta Europa ahora se prolonga en al menos 10 días más debido a desvíos y demoras. Además, algunos barcos que evitan el Mar Rojo ya no ingresan directamente al Mediterráneo, dejando sus contenedores en puntos de intercambio, lo que agrega otros 10 días al proceso.

En el sector de alimentos y bebidas español, los impactos son notables:

  • Aumento de Costos: Los costos del transporte han aumentado entre 500 y 1.500 USD por contenedor, afectando la rentabilidad de las empresas.
  • Demoras en las Entregas: Los tiempos de tránsito han crecido entre 7 y 18 días, generando roturas de stock y la necesidad de advertir a los clientes sobre posibles retrasos.
  • Escasez de Contenedores y Barcos: La crisis afecta directamente las rutas con Asia y Oriente Medio, pero también indirectamente debido a la escasez de contenedores y barcos en otras rutas, como Europa-América.
  • Incremento en las Primas de Seguros: Las compañías enfrentan un aumento en las primas de seguros, e incluso algunas aseguradoras no cubren completamente el riesgo de los envíos.

Francisco Aranda, presidente de la Organización Empresarial de Logística y Transporte (UNO), señala que ya hay empresas cuya operativa se ve afectada, anticipando que la prolongación de esta crisis podría golpear al comercio internacional de manera similar a lo experimentado durante la pandemia. Además, el Club de Exportadores e Inversores Españoles destaca que las interrupciones en el Mar Rojo podrían incrementar los costos entre un 40% y un 60% debido al mayor gasto de combustible por la ampliación de las rutas.

Aunque, por ahora, las empresas han logrado gestionar la situación, el temor persiste. La Confederación Española de Comercio (CEC) informa que, en el comercio de proximidad, aún no se perciben retrasos notables en la llegada de productos. Sin embargo, la incertidumbre genera preocupación por posibles efectos inflacionarios, la falta de stock y el aumento de los costos de fletes.

Algunas recomendaciones para las empresas españolas:

    • Asegurarse de tener un stock de seguridad suficiente: Esto les permitirá afrontar los retrasos en las entregas sin sufrir problemas de abastecimiento.
    • Buscar alternativas de transporte: Si es posible, las empresas pueden optar por rutas alternativas, como el transporte aéreo o ferroviario.
    • Renegociar los contratos de transporte: Las empresas pueden intentar renegociar los contratos de transporte para incluir cláusulas que les protejan ante situaciones imprevistas como esta.