¿Cual es el impacto de los precios de bienes importados en el índice de precios al consumo? Algunos de estos precios pueden transmitirse de manera directa, como en el caso de la energía importada. Otros se transmiten de forma indirecta, mediante el incremento de los costes de los bienes intermedios utilizados en la producción de bienes y servicios nacionales para el consumidor. El objetivo principal de este post es mostrar en qué medida los precios importados afectan al IPC. En especial trataremos de identificar que porcentaje tiene relación directa con el incremento del coste de la energía así como ver lo que tarda en transmitirse dicho incremento de precio.
El desarrollo de los precios de importación.
En los últimos dos años, los precios de los bienes de importación han sufrido un aumento importante de precios. De acuerdo con los datos del Ministerio de Economía, los índices de valor unitario de las importaciones han aumentado un promedio del 26% durante el último año, con información disponible hasta noviembre, dando lugar a un crecimiento acumulado del 68% desde enero de 2021 hasta noviembre de 2022. Estos aumentos de precios han afectado en mayor medida a los productos energéticos, con un incremento del 66% en el año 2022, aunque también se han observado fuertes alzas en otros grupos de productos, como los bienes industriales con un 14%, los bienes intermedios con un 31% y los alimentos con un 18%. Aunque se han registrado ciertos signos de moderación en los precios de energía y bienes intermedios, los precios de importación se mantienen en niveles muy elevados.
¿Cómo afectan los precios de importación a la inflación interna?
Para evaluar hasta qué punto los precios de importación más altos afectan a la inflación interna, es importante tener en cuenta dos canales principales de transmisión. El primero es el impacto directo de los precios de la energía en el componente energético del índice de precios al consumo (IPC), que en la actualidad ayuda a moderar la inflación global. El segundo canal es un efecto más indirecto que se produce al aumentar los costes intermedios de producción de bienes y servicios para el hogar para los consumidores. Se espera que este segundo canal sea el más relevante para 2023.
Para evaluar la importancia del segundo canal el uso de técnicas estadísticas avanzadas permiten cuantificar el impacto de los shocks en los precios de importación energéticos y no energéticos en el IPC subyacente a lo largo del tiempo. Los resultados evidencian que la transmisión de shocks en los precios de importación de bienes no energéticos al IPC subyacente es relativamente fuerte, directa y de larga duración. Una estimación muestra que ante un shock del 5% en el crecimiento intertrimestral de los precios de importación no energéticos, similar al observado en el segundo trimestre de 2022, la tasa de variación del IPC subyacente registraría un impacto al alza durante los primeros cuatro trimestres tras el shock, acumulando un incremento del 1.7%.
Además, aunque mostró gran resistencia, los efectos tardaron más en producirse. Por ejemplo, se estima que un aumento del 20% intertrimestral de los precios de importación de energía (similar a lo ocurrido en el segundo trimestre de 2022) afectará a la tasa de variación del IPC básico después de dos trimestres. Sin embargo, el impacto se mantendrá hasta cinco trimestres después del choque, acumulando un aumento adicional de 0,6 puntos porcentuales del IPC básico durante este período.
Inflación importada en 2022 y qué nos espera en 2023
Con sensibilidades calculadas, podemos identificar los factores que explican el comportamiento de la inflación subyacente y distinguir la contribución de los shocks de precios internos y externos. La distribución indica que el 55% del cambio del IPC subyacente en 2022 se debe al choque de los precios de importación, un 30% al impacto de los precios de las importaciones no energéticas y un 25% al impacto de los precios de importación de energía. Esto ilustra el papel esencial que desempeñan los precios de importación más elevados en el actual ciclo inflacionista.
Por tanto, el impacto del aumento de los precios de importación debería seguir pesando sobre la inflación durante todo el año. Si los precios de importación se mantienen estables durante todo el año, la inflación subyacente aumentará hasta algo más del 5 por ciento en 2023 y se mantendrá alta y algo como el 5,2 por ciento en 2022.